HISTORIA DE LA ESTADISTICA
La historia de la estadística estudia
y analiza la evolución de la misma desde su nacimiento, el cual es anterior al
3.000 antes de Cristo (a.C).
Aunque podríamos datar el origen de
la estadística incluso antes de dicha fecha, la prudencia nos hace a
decantarnos por aquel comienzo. En la antigüedad, la estadística nace de forma
primitiva con el objetivo de contabilizar determinados detalles que servían
para mejorar determinadas áreas de la vida cotidiana. La estadística nace con
el ánimo de recoger datos, y habitualmente datos sobre el Estado. De ahí su
origen etimológico ‘Statisticus’, que significa relativo al Estado, y que más
tarde evolucionó a estadística.
Así, por ejemplo, es habitual ver en
algunas pinturas sobre rocas signos y señales que servían para registrar la
cantidad de ganado o de alimento. Con el tiempo la evolución de la estadística
como ciencia contribuyó a hitos como la construcción de las pirámides de
Egipto, elaboración de censos de población o el registro de variables
económicas como el producto interior bruto (PIB).
La cantidad de signos con fines
estadísticos sobre rocas, en el interior de las cuevas o esculpidas sobre
tablas de arcilla es innumerable. Podríamos incluso decir que la estadística,
nace junto con las civilizaciones. A través de las pinturas rupestres, primeros
pasos de la escritura mediante iconos o dibujos, los seres humanos intentábamos
satisfacer la necesidad de recoger datos, información o describir sucesos.
En cualquier caso, de lo que sí hay
certeza es que tres milenios después del nacimiento de la primera civilización,
hacia el 3.500 a.C. se han encontrado las primeras tablillas con signos que se piensa
pueden tener fines estadísticos.
Etapas
de la historia de la estadística
La historia de la estadística se
puede resumir en cuatro etapas:
Primeras
civilizaciones
Desde Sumeria, Egipto, la antigua
China, Babilonia o Asiria, se comenzaron a desarrollar las primeras tablas
estadísticas. Existen dos ejemplos muy ilustrativos de la época.
Por un lado en China, el famoso
filósofo Confucio declaró en sus escritos que el Rey Yao encargó recoger datos
sobre industria, comercio y agricultura. En Egipto, el que se cree que es el
historiador antiguo más erudito, el griego Heródoto, cita en sus escritos la
importancia de la recogida de datos a la hora de construir las enigmáticas
pirámides de Egipto. Así mismo, Heródoto refleja lo conveniente que es para un
Estado como el suyo (Antigua Grecia) recoger información y cuantificarla.
Por nombrar otro ejemplo más, podemos
citar la gran biblioteca creada por Sargón II, rey de Asiria. Su construcción
fue posible por el gran volumen de impuestos que cobraba a los pueblos sometidos. La
biblioteca, construida en Nínive hacia el 700 a.C. es, probablemente, la más
grande y con mayor valor histórico del mundo antiguo. Allí se almacenan, junto
con otras muchas tablillas, algunas de los registros estadísticos más
importantes de la época.
Imperio
Romano
Con el nacimiento de Roma, hacia el
476 a.C., la estadística se tornó aún más relevante. Gracias a la implantación
de los métodos descriptivos, sabemos hoy muchos datos sobre la demografía del
Imperio Romano. Datos como mortalidad infantil, defunciones, nacimientos y
habitantes por kilómetro cuadrado.
Aunque no fueron los primeros en
elaborar censos de población, sí que fueron los primeros en utilizar la
información para tomar mejores decisiones. Ya en Roma, existían personas
capaces de cuadrar balances, conceder préstamos y registrar el tipo de interés
acordado. Adicionalmente, se registraban los tributos pagados y el Estado
elaboraba sus propias cuentas.
Edad
Media
Durante la Edad Media, la evolución
de la ciencia estadística se estanca. De algún modo, o eso parecen decirnos los
escritos, la historia de la estadística se toma una pausa. Esto podría deberse
a las dificultades que las civilizaciones soportaron en las diferentes partes
del mundo, guerras, cultivo insuficiente, cambios climáticos e importantes
transformaciones culturales. La evolución se paralizó en muchos de los planos
del desarrollo humano y no sería hasta el Renacimiento (Siglos XV y XVI) cuando
la estadística volvería a cobrar vida.
Edad
Moderna
Con el comienzo de la Edad Moderna,
hacia el siglo XV, la Iglesia tras darse cuenta de la importancia de registrar
las defunciones, bautizos o nacimientos dedica recursos a crear dichos registros.
Concretamente, sería John Graunt (1620-1674) quien, junto con su ayudante
William Petty (1623-1687), elaboraría el primer censo estadístico moderno y la
primera tabla de probabilidades por edades. Es decir, calculó la probabilidad
de morir en función de la edad de los habitantes.
Gracias a esa labor, un famoso
profesor alemán llamado Caspar Neumann (1648-1715) realizó el primer estudio
estadístico no político de la historia. Pretendió, y de hecho lo consiguió,
destruir el mito de que los años terminados en el número siete moría más gente.
Aunque anterior a él hay escritos
sobre probabilidad, fue Godofredo Achenwall (1719-1772) el primero en acuñar la
palabra ‘estadística’.
Hasta la llegada del siglo XX
nacieron grandes personalidades como Pascal, Bernoulli, Laplace, Gauss,
Poisson, Bayes o Markov que fueron, poco a poco, contribuyendo a la unión de
los conceptos de estadística y de probabilidad. La estadística, fue adquiriendo
herramientas matemáticas derivadas de la teoría de la probabilidad. Poco a poco
la una fue creciendo con la otra, pero no terminarían de unirse hasta el siglo
XX.
Edad
contemporánea
Aunque, en esencia, la estadística y
la probabilidad son materias diferentes, están muy relacionadas. Desde el siglo
XX ambas andan caminando estrechamente de la mano.
Este camino paralelo que han ido
tomando no hubiera sido posible sin los avances Kolmogorov y Borel. Ambos
dotaron de sentido matemático real al asunto. Ya que hasta entonces, la
probabilidad era vista desde el mundo académico como algo poco serio y sin
suficiente sustento matemático. No podemos olvidar, sin embargo, las enormes
contribuciones que hicieron Fisher y Pearson a la estadística como disciplina
científica.
Desde mediados del siglo XX, la
estadística y la probabilidad no han parado de avanzar. Junto con la computación
y los programas informáticos, ha sido posible almacenar grandes cantidades
datos, y realizar cálculos inimaginables hasta la fecha.
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